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| El Conocimiento es poder.

Por Yamir de Jesús Valdez.-

En un momento en que las universidades públicas enfrentan la exigencia de vincularse más estrechamente con la sociedad, el nombramiento de Azucena Manjarrez Bastidas como nueva directora de EdiUAS, la casa editorial de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), constituye un acierto tanto estratégico como simbólico. En una institución con una profunda vocación por el pensamiento crítico y la producción de conocimiento desde el noroeste de México, esta designación —realizada por el rector Jesús Madueña Molina— no solo reconoce la trayectoria académica y periodística de Manjarrez Bastidas, sino que reafirma el compromiso de la universidad con la cultura, la investigación y la defensa de la memoria regional.

Este movimiento no se da en el vacío. Ocurre en un contexto en el que la UAS ha sido blanco de ataques políticos, campañas de desprestigio y amenazas a su autonomía. Frente a estos embates, el rector Madueña elige responder con inteligencia institucional: fortalecer los pilares culturales de la universidad. Lejos de la confrontación estridente, apuesta por una vía más profunda: colocar al frente de EdiUAS a una figura con solvencia ética, sensibilidad intelectual y una mirada enraizada en los problemas y posibilidades de Sinaloa.

Azucena Manjarrez no es una improvisada. Su labor en el periodismo cultural la ha llevado de la crónica cotidiana al ensayo académico, explorando con agudeza las tensiones entre arte y violencia en el estado. Ha documentado, interpretado y problematizado la realidad sinaloense desde las imágenes, las palabras y las formas. Su voz ha sido clave para comprender cómo los artistas de la región no solo narran lo que ocurre, sino que lo interrogan desde la trinchera de la creación.

En su libro Arte y violencia en Sinaloa, Manjarrez sostiene que la violencia no es únicamente un fenómeno criminal, sino una categoría cultural que atraviesa los cuerpos, los lenguajes y las estéticas. Esa mirada —interdisciplinaria, situada y crítica— es precisamente la que necesita una editorial universitaria que aspire a dialogar con el mundo desde su propio territorio. Su enfoque convierte lo local en plataforma de interpretación global.

La UAS ha sido históricamente un bastión de letras, ciencias y crítica social. No obstante, sus esfuerzos editoriales no siempre han gozado de continuidad ni de una visión sostenida. Por momentos, EdiUAS ha funcionado más como un aparato técnico que como un laboratorio cultural. El desafío para Manjarrez será darle a la editorial una personalidad renovada: convertirla en una plataforma de pensamiento, un faro desde el noroeste, un actor central en las discusiones contemporáneas sobre identidad, memoria, ciencia y justicia social.

El hecho de que este encargo recaiga en una mujer con una trayectoria forjada dentro de la universidad —desde el aula hasta el archivo, desde la crónica hasta la curaduría— también es significativo. Se trata de un gesto político en una época donde la equidad de género en los espacios de decisión sigue siendo una deuda. Que una periodista, investigadora y docente, con formación en historia del arte y enfoque de género, asuma esta dirección es un mensaje claro: la cultura es también un campo de disputa, y la UAS ha decidido enfrentarlo con inteligencia, sensibilidad y firmeza.

Este nombramiento también fortalece la figura del rector Jesús Madueña Molina, quien en tiempos turbulentos ha sabido ejercer el liderazgo con visión de largo plazo. En lugar de ceder ante las presiones externas que buscan socavar el papel social de la universidad, ha optado por consolidar sus fundamentos culturales e intelectuales. Si en lo político ha mostrado temple, en lo académico ha apostado por perfiles con vocación crítica, rigor investigativo y compromiso con la sociedad.

Porque dirigir una editorial universitaria no se reduce a coordinar publicaciones. Implica definir una política del conocimiento, articular una narrativa institucional, tender puentes entre la academia y la sociedad. En ese sentido, el perfil de Azucena Manjarrez no solo es idóneo: es necesario. Porque sabe contar historias. Porque entiende los ritmos de la edición. Porque ha leído en los silencios del arte y ha descifrado las grietas del poder. Porque su pluma ha sido testigo y partícipe de los procesos culturales más complejos de la Sinaloa contemporánea.

Desde esta nueva responsabilidad, se abre una oportunidad única para que EdiUAS deje de ser un engranaje discreto del aparato universitario y se convierta en un referente del pensamiento crítico y la producción editorial del noroeste. No solo con libros de texto o tesis compiladas, sino con ensayos provocadores, reediciones de autores sinaloenses olvidados, antologías de pensamiento emergente y alianzas con editoriales universitarias de otras regiones del país y del continente.

En suma, el nombramiento de Azucena Manjarrez Bastidas es una decisión coherente con los principios que han dado prestigio a la UAS: pensamiento libre, cultura crítica y vocación social. En un tiempo donde el ruido, la superficialidad y el espectáculo ganan terreno, apostar por una figura sólida, reflexiva y comprometida como ella es un acto de audacia intelectual. La UAS no se repliega: se proyecta. No calla: publica. No claudica: escribe.

Y si la historia la escriben los vencedores, que esta vez la escriba una mujer que ha sabido mirar el pasado sin nostalgia, narrar el presente sin complacencias y esbozar el futuro con imaginación crítica. Con Azucena Manjarrez al frente, EdiUAS tiene rumbo. Y Sinaloa, una vez más, razones para leerse a sí misma.