China está logrando avances significativos en su ambicioso plan para combatir la desertificación, transformando suelos estériles en bosques y pastizales en los desiertos del Gobi y Taklamakán. Desde 2012, el país ha logrado recuperar aproximadamente 4.3 millones de hectáreas, un área equivalente a la de Dinamarca. Recientemente, un video que muestra los progresos de la “Gran Muralla Verde” ha circulado en redes sociales, atrayendo la atención de figuras como Elon Musk, quien confirmó su veracidad.
Uno de los hitos más recientes es la finalización de un cinturón verde de 3,046 km alrededor del desierto de Taklamakán, el segundo desierto de dunas más grande del mundo. Este cerco verde, compuesto por árboles, arbustos y tecnología de bloqueo de arena basada en energía solar, es parte del Programa Forestal de los Tres Cinturones de Protección del Norte de China, un proyecto de forestación a gran escala que se inició en 1978 y se espera que concluya en 2050.