CLAVES DEL PAQUETE ECONÓMICO 2025
por: Joel Salomón
La presidenta Claudia Sheimbaum ha cumplido en tiempo y forma con su deber constitucional de presentar el paquete económico que regirá las finanzas públicas del país en el año 2025. Dicho paquete está integrado por tres documentos: la Iniciativa de Ley de Ingresos, el Proyecto de Presupuesto de Egresos y los Criterios Generales de Política Económica. Tradicionalmente se contempla tembién una “miscelania fiscal”, que este año después de mucho tiempo, no se incluyó.
Por ser el primer año de ejercicio presidencial, los tiempos de aprobación sufren una modificación en los plazos. Tradicionalmente, de acuerdo al artículo 42 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, el paquete se presenta el día 8 de septiembre y debe aprobarse todo a más tardar el 15 de noviembre.
Pero cuando se trata del último año del sexenio (o el primero de un nuevo gobernante, como quiera verse), la norma aplicable es la fracción IV del artículo 74 de nuestra Carta Magna, que da margen para que el paquete se presente hasta el 15 de noviembre y se apruebe a mas tardar el último día de diciembre, como será el caso este año.
Pero ¿Cuáles son los temas más relevantes y preocupantes del Paquete económico?
- La baja expectativa de crecimiento económico.
México necesita urgentemente que su producto interno bruto (PIB) crezca porque en esa medida se incrementará la captación de recursos vía impuestos y el Estado tendrá más margen de maniobra para invertir en educación, salud, infraestructura física y bienestar social.
Pero la expectativa no es muy alagüeña. De acuerdo al gobierno, se plantea cerrar 2024 con un crecimiento entre 1.5 y 2.5%, y para el 2025 entre 2 y 3%. (Gráfica 1)
Estas cifras lamentablemente están lejos de las proyecciones de los especialistas y hasta del propio Banco de México (Banxico), aunque desde luego todos deseáramos que se cumplieran, por el bien del país.
El consenso de los mercados y de los analistas consultados tanto por la emblemática Encuesta de Expectativas de Citibanamex, como la de Banxico a especialistas del sector privado, es que cerraremos este año con un crecimiento bajo del 1.5% y para el próximo año se pronostica sólo del 1%. Algunos años ha habido sorpresas, esperamos por el bien de todos que algo así llegue a suceder.
- El estancamiento nominal del presupuesto (o su reducción en términos reales)
El presupuesto total del gobierno federal para el presente año fue de 9.17 billones de pesos, mientras que el presentado para el próximo año es de 9.22 billones (Gráfica 2). Prácticamente el mismo, sólo que si le aplicamos el efecto de la inflación implica una reducción de 3.3% en términos reales, osea que alcanzará para menos, y uno de los rubros a sacrificar lamentablemente es salud y educación superior. Esperemos que la Cámara de Diputados (que tiene la facultad exclusiva de aprobar el presupuesto) recapacite o lo reoriente.
- La creciente deuda pública reduce el presupuesto en términos reales.
El peso de la deuda pública ya es un problema de Estado, de seguridad presupuestal. De los 9.22 billones del presupuesto para el 2025, 1.42 billones irán al pago del “servicio de la deuda”, equivalente a 3.9 puntos del PIB del 2025 (que nominalmente será de 36.16 billones de pesos).
Para darnos una idea de lo que esto representa, el total de recursos que la Federación entregará a estados y municipios como participaciones es de 1.34 billones de pesos. Es decir, se va a destinar más dinero al pago de la deuda que participaciones fiscales a todos los estados y municipios del país.
Otro referente para dimensionar este impacto es la pensión no contributiva para adultos mayores, a la cual se destinarán 483 mil millones de pesos el próximo año. Es decir, con un tercio de lo que se paga de deuda podría solventarse el pago total de las pensiones para los adultos mayores de 65 años o más en el país.
- La reducción en educación.
El gasto en educación del gobierno federal para el próximo año será de 1.14 billones de pesos (-1.2% respecto al 2024), equivalente al 3.2% del PIB. Nos seguiremos quedando por debajo de la recomendación internacional que sugiere destinar entre el 4 y 6% del PIB al ramo educativo.
Lamentablemente la educación superior se contempla como uno de los rubros a disminuir. De hecho se filtró a los medios una reducción significativa a la UNAM que luego la Secretaría de Hacienda calificó como un error. Lo que no aclaró Hacienda es si dicha reducción se mantiene para el resto de las instituciones de educación superior integradas al seno de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES). Esperemos que no, pues en las universidades se forman los profesionistas que pueden transformar la realidad productiva de México y el desarrollo integral del país.
- La reducción del “espacio fiscal”.
En materia hacendaria existe un concepto denominado “presupuesto determinado por ley”, que se refiere a todas aquellas erogaciones o gastos contemplados en la leyes mexicanas que obligatoriamente el gobierno debe hacer frente. Una vez cubiertos esos compromisos ineludibles, el margen de maniobra que le queda financieramente libre se le denomina “espacio fiscal” y es la cantidad de recursos conque el gobernante hace frente a los compromisos de coyuntura y el día a día al frente del Estado mexicano. Pues bien, para el 2025 ese margen de maniobra se calcula que será del 1.7% del PIB, aproximadamente 600 mil millones de pesos.
Esperemos que esos recursos sean destinados estratégicamente, pues hoy más que nunca son verdareramente escasos.
También es bueno -para documentar nuestro optimismo-, recordar que en algunas ocasiones las expectativas de crecimiento han sorprendido a la alza, como en el año 2023 que crecimos al 3.2%, por encima de lo originalmente proyectado.
Hoy tenemos dos desafíos contrapuestos para una escenario de ese tipo. A favor, la posibilidad de que el nearshoring (la relocalización de empresas) se materialice y esa inversión impacte el crecimiento situándolo por arriba de lo esperado. Y por otro lado, la amenaza arancelaria que ha lanzado el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, que sólo tendría el efecto de incrementar los precios en ambos lados de la frontera.
Esperemos, por el bien de todos, que como reza el dicho popular las cosas se acomoden y México crezca al nivel de su potencial, de su “holgura económica” o “brecha de producto”, que es entre un 4 y un 6% anual para avanzar hacia un presupuesto óptimo, y en caso contrario no vayamos a lamentar la invocación de aquella lapidaria Ley de Murphy: “Todo lo que puede fallar, fallará”.
Vicepresidente del Colegio de Economistas de Sinaloa.