cajapolitica.mx

| El Conocimiento es poder.

EL “FIN DEL NEOLIBERALISMO” … PERO EN EL DISCURSO

PorRedacción

Sep 16, 2025

Por Jesús Alfonso Durán


En las mañaneras del pueblo el gobierno de la 4T repite con solemnidad que el neoliberalismo ya se fue, misma frase que sus defensores replican en el debate público, como si bastara un decreto presidencial para enterrar tres décadas de política económica.

Pero el Paquete Económico 2026 nos regresa a la realidad: el modelo sigue intacto, solo le cambiaron la envoltura y le pusieron moño de “transformación”.


El discurso es épico, pero las cifras son prosaicas. Se cuida el déficit, se presume superávit primario, se apuesta por la inversión extranjera y se mantiene el recetario macroeconómico que desde los años noventa dictan los manuales de la ortodoxia fiscal.
Sí, hay más programas sociales y las transferencias directas se han convertido en la nueva religión cívica, tampoco vemos una reforma fiscal progresiva que obligue a los más ricos a pagar más.

El grueso de los ingresos públicos sigue dependiendo de impuestos indirectos, que castigan proporcionalmente más a los sectores populares.

Así, el Estado reparte dinero vía programas sociales, pero no redistribuye riqueza de manera estructural, no hay universalidad de derechos, no hay un verdadero estado de bienestar
En otras palabras: el neoliberalismo no murió, solo se socializó un poco.

En lugar de privatizaciones tenemos megaproyectos. En lugar de recortes silenciosos, tenemos discursos de austeridad republicana. Y en lugar de ciudadanos con derechos, tenemos beneficiarios agradecidos que reciben depósitos bimestrales.


La 4T ha hecho ajustes redistributivos, pero no ha roto con el neoliberalismo.
La política fiscal sigue siendo ortodoxa, los privilegios fiscales de grandes capitales permanecen intactos y no existe una estrategia integral para un Estado de bienestar robusto.
La verdadera ruptura con el neoliberalismo requeriría:


• Reforma fiscal progresiva.
• Estado de bienestar universal.
• Inversión pública fuerte en sectores sociales.
En resumen, no es un cambio de modelo, sino un cambio de prioridades dentro del mismo modelo económico.
Lo grave es que se vende esta continuidad como si fuera una ruptura histórica. Pero el país sigue dependiendo del petróleo para financiarse, sigue cargando la mayor parte de la recaudación en los consumidores vía IVA e IEPS, y sigue sin tocar los privilegios fiscales de los grandes capitales. El modelo económico es el mismo, pero ahora viene en versión “popular”.


Decir que se acabó el neoliberalismo es como decir que acabó el machismo porque se conmemora el 8 de marzo: suena bonito, pero la realidad se encarga de desmentirlo. Si de verdad queremos romper con el modelo neoliberal, necesitamos una reforma fiscal progresiva, un sistema de salud universal que funcione, pensiones dignas y una economía democratizada que reduzca el poder de monopolios y oligarquías.


Mientras eso no ocurra, lo que tenemos es un neoliberalismo de rostro humano, que reparte dinero, pero no redistribuye poder. Y eso, para un país tan desigual como México, es apenas un cambio cosmético.


Lo anterior es la opinión a contra pelo de su servidor, desde una visión socialdemócrata, se vale disentir.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *