El iceberg A23a, de 4.000 km² y aproximadamente un billón de toneladas, se acerca a las islas Georgias del Sur. Después de quedar varado en el mar de Weddell, comenzó a moverse hacia el norte y ahora está siendo monitoreado por las autoridades argentinas, que recomiendan precaución a los navegantes.
El iceberg A23a, considerado el más grande y antiguo del mundo, ha reanudado su movimiento después de varios años de inactividad. Con una superficie de 4.000 km², el iceberg se encuentra ahora a unas 250 millas náuticas de las islas Georgias del Sur, en el Atlántico austral. Su desplazamiento fue detectado mediante imágenes satelitales y las autoridades argentinas están monitoreando su avance.
El A23a se desprendió de la plataforma de hielo Filchner en 1986 y pasó la mayor parte de los últimos años atrapado en el mar de Weddell. En 2020, comenzó a desplazarse hacia el norte, acercándose peligrosamente a la zona habitada cerca del archipiélago de las Georgias del Sur, ubicado a unos 1.300 kilómetros al sudeste de las islas Malvinas.
El gigantesco iceberg, que posee un espesor de aproximadamente 400 metros, podría representar un riesgo para la navegación en la zona. Por ello, la Prefectura Naval Argentina (PNA) ha recomendado a los navegantes tomar precauciones y evitar acercarse innecesariamente a la masa de hielo. El monitoreo y seguimiento continúan, con la colaboración de la División de Sistemas de Información Geográfica y la Dirección de Informática y Comunicaciones de la PNA.
A pesar de su tamaño colosal, el iceberg A23a es solo uno de los muchos bloques de hielo que se desprenden de la Antártida. La magnitud de su desplazamiento genera preocupación sobre los posibles efectos en el ecosistema local y las rutas de navegación.