La tragedia parece perseguir la historia de un pueblo que ha sido bendecido con riquezas naturales, pero que ha tenido que desaparecer en dos ocasiones a causa de los caprichos humanos, la primera en nombre del progreso y la más reciente por la barbarie desmedida de la delincuencia organizada.
El Salto no era un pueblo sino dos, El Salto Chico y el Salto grande, pero ambos fueron unificados en 1977 cuando se comenzó a construir la presa Aurelio Benasini, los pobladores de ambas comunidades fueron trasladados un par de kilómetros hacia el valle de Elota.
La tierras originales junto con muchos de sus fundadores quedaron bajo el agua, ya que el vaso de la presa inundó lo que antes fueron ambos pueblos, aún entre el agua se ven los vestigios del panteón, la primaria y otras edificaciones.
La construcción de la presa logró la conformación de siete cooperativas de pescadores, que aprovechan para sembrar peces en la presa y luego venderlo, además, en el lugar se practica la pesca deportiva principalmente por turistas extranjeros.
Entre el monte del nuevo pueblo del Salto y la presa, se construyeron una serie de cabañas que se rentan para los turistas que además de la pesca, otros cuantos practican la cacería de animales silvestres de la región.
Desde 1987 a 2020, El Salto se convirtió en un discreto paraíso para turistas principalmente estadounidenses, quienes además de generar empleos visitando las cabañas, pescando y cazando, dejaban jugosas propinas en dólares a cocineras, guías y personal de limpieza.
La pandemia frenó por algunos meses esta industria ecoturística pero nunca se paró por completo la actividad, ya que no era un lugar de grandes aglomeraciones, ni espacios cerrados, el gran reto y tragedia llegó en 2024.
El verdadero epicentro de la guerra entre la familia Zambada a cargo de Ismael Zambada Sicairos alias Mayito Flaco, y la familia Guzmán dirigida por Iván Archivaldo Guzmán Salazar alias el “Chapito”, no es Culiacán, sino la zona que abarca los municipios de Elota, San Ignacio y Cosalá.
Por la dificultad de acceder a estos municipios cuyo territorio es rural casi en su totalidad, mucha de la información sobre los hechos violentos ha pasado desapercibida, aún así casi a diario desde el 9 de septiembre de 2024 se han podido documentar escenas de la narcoguerra que ha roto al Cártel de Sinaloa.
Uno de los bandos tomó el control de Cosalá y convoys de camionetas bajan frecuentemente de este municipio en la Sierra para combatir a sus enemigos que controlan el valle y la costa de Elota, justo en medio de la frontera de los territorios enemigos se encuentra El Salto, a solo de unos metros del conocido crucero a Cosalá que intercepta la carretera libre Culiacán – Mazatlán con la carretera que conduce precisamente a Cosalá.
Sicarios de ambos grupos han tomado el pueblo de El Salto como una base de descanso, ya sea para subir hacia la zona serrana a recuperar territorio de Cosalá, o ya sea que los grupos contrarios bajen a pelear a comunidades del valle de Elota, e incluso a la cabecera que es el pueblo de La Cruz.
Los vecinos incluso cuentan que en ocasiones quienes han tomado las casas abandonadas para descansar y el pueblo como punto de resguardo son las fuerzas armadas.
Casas sin puertas, sin ventanas, en el completo abandonó por el miedo a ser víctimas de balas perdidas o ataques directos por malentendidos, ganado, vehículos y el poco patrimonio de los habitantes del Salto ha quedado en el olvido del pueblo que algunas vez sobrevivió a la construcción de una presa.
Las víctimas reconocen que el gobierno ha acudido un par de veces a repartir despensas a la familias que se encuentran refugiadas en otros pueblos cercanos a la Cruz, o incluso algunas hasta el vecino municipio de Mazatlán, pero la ayuda no ha sido constante durante los ya 10 meses de conflicto armado entre los Guzmán y los Zambada.
La creación de un plan de rescate económico para los comerciantes y trabajadores del pueblo es urgente, la mayoría de las familias vivía del turismo que ahora es imposible, y que no se sabe con certeza cuando volverá a haber condiciones para que regrese, los pequeños comercios y las personas que desarrollaban oficios en la comunidad, a su vez están en la quiebra por el abandono del pueblo.
Cómo el Salto es probable que haya más pueblos fantasmas ha raíz de la narco guerra, ya que se ha documentado desplazamiento forzado en los municipios de Concordia, Rosario, Choix, San Ignacio, Elota y Culiacán.