Por Jose Luis Lopez Duarte.-
Ayer, durante la presentación del primer informe de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, se reveló una realidad económica que refleja la precariedad en la que navega la administración de la Cuarta Transformación (4T). Se definió una ecuación económica de altísimo riesgo, concebida para ganar tiempo y consolidar el mandato de Morena con miras a reafirmarse en el poder en 2027, resistiendo a la presión de Estados Unidos, que busca dislocar la autocracia de Andrés Manuel López Obrador. Pero, ¿cuál es exactamente esta ecuación tan temeraria?
En su informe, la presidenta anunció la incorporación de tres millones de mujeres al programa “60 y más” y la ampliación de la beca “Rita Zetina”, que abarca desde preescolar hasta preparatoria, beneficiando a un total de 24 millones de personas. Estas iniciativas, aunque loables, representan un egreso cercano a los 832,000 millones de pesos de programas existentes, sumando un total de 1.17 billones de pesos, lo que equivale al 12% del presupuesto federal. En este contexto, la deuda externa del país ha crecido alarmantemente, incrementándose en 1.4 billones de pesos, mientras que el déficit fiscal previsto para 2025 alcanzará los 1.8 billones de pesos, en un escenario donde la economía podría caer por debajo del 1%.
La pregunta crucial que surge es si existe la posibilidad de romper esta tendencia negativa y evitar las repercusiones de los aranceles impuestos por la administración de Trump. La respuesta puede hallarse en la ubicación estratégica de México, que actúa como la frontera sur del mercado estadounidense, el más grande del mundo. Esta posición geográfica puede hacer de México un destino atractivo para las inversiones, siempre que estas se alineen con los intereses del gobierno estadounidense, impidiendo así la imposición de aranceles que podrían asfixiar la economía mexicana.
No obstante, la administración de la 4T se encuentra en un delicado equilibrio, caminando sobre una cuerda floja que genera incertidumbre e inestabilidad. Con un tiempo de gracia limitado, apenas un año y ocho meses hasta junio de 2027, los resultados esperados deberían manifestarse a más tardar a finales de 2026. A pesar de esta presión, los datos recientes indican una mejora considerable en la recaudación fiscal, alcanzando 2.8 billones de pesos en la primera mitad de 2025, lo que representa un crecimiento superior al 7%. Si Sheinbaum logra evitar los aranceles en noviembre próximo, podría consolidar estos resultados, disminuyendo el déficit fiscal y garantizando recursos suficientes para los programas sociales y el manejo de la deuda gubernamental, incluyendo a Pemex.
Sin embargo, hay innumerables factores en juego, y la administración de la 4T enfrenta un panorama complicado. La clave para salir de esta espiral de riesgo radica en la capacidad de generar estabilidad económica. Con las arcas llenas, la política se vuelve más manejable, y los conflictos tienden a disminuir. Sin embargo, la oposición también juega un papel crucial en este contexto. Si consideran elevar su competencia y capitalizar los errores y el desgaste de Morena, podrían afectar significativamente el futuro del gobierno.
El peso del gasto social es considerable, y la estrategia de un nacionalismo económico algo atrasado puede convertirse en una carga para Morena y la 4T, dificultando su capacidad para adaptarse a las realidades cambiantes. Este escenario plantea la necesidad de rebasarse a sí mismos como partido y gobierno; de no hacerlo, corren el riesgo de hundirse bajo el peso de su propia agenda.
El primer informe de la presidenta Sheinbaum presenta una ecuación económica peligrosa que podría determinar el futuro de la 4T. El tiempo apremia y el escenario está lleno de incertidumbres, pero la clave para la supervivencia política radicará en la habilidad de la administración para navegar por este complejo entramado, mientras enfrenta tanto retos internos como externos.