Por Gregorio García Vázquez.-
Este domingo, la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) culmina un proceso lleno de altibajos, marcado por una intensa lucha por la autonomía y la dignidad de la máxima casa de estudios. La reelección de Jesús Madueña como rector no es solo un acto administrativo; representa un triunfo personal tras un episodio oscuro que lo llevó a enfrentar serias acusaciones y un proceso que, en su momento, parecía poner en riesgo su carrera.
Madueña fue vinculado a un proceso que lo dejó en una situación precaria, donde su liderazgo fue cuestionado y su imagen golpeada. En medio de un ambiente hostil, donde parecía que la crítica y el desprestigio eran el pan de cada día, logró no solo resistir, sino también salir adelante. Su reelección este domingo es un testimonio de su capacidad para enfrentar adversidades y, a pesar de las tormentas, mantenerse firme en su propósito.
La UAS ha sido objeto de ataques que han buscado debilitar su autonomía, y la figura de Madueña ha estado en el centro de estas controversias. Sin embargo, a pesar de los intentos de desestabilizar su gestión, ha sabido navegar por estas aguas turbulentas. Su capacidad para salir airoso de un proceso que muchos consideraron un ataque directo a su liderazgo habla de su resiliencia y de un entendimiento profundo de las dinámicas políticas que rodean a la universidad.
Es importante reconocer que, a pesar de las críticas, la comunidad universitaria ha respaldado su reelección. Muchos ven en Madueña a un líder que, aunque imperfecto, ha demostrado un compromiso con la institución y ha trabajado por mantenerla en pie ante la adversidad. Su regreso a la rectoría es, en este sentido, un símbolo de resistencia contra los intentos de socavar la autonomía de la UAS.
Este nuevo capítulo para la UAS no está exento de desafíos. La reelección de Madueña se produce en un contexto donde la presión sobre la universidad sigue siendo intensa. La pregunta que queda en el aire es si podrá mantener la estabilidad y avanzar en los proyectos que la institución necesita. La expectativa es alta, y la comunidad educativa espera que, con su liderazgo, la UAS pueda enfrentar los retos que se avecinan.
La reelección de Madueña es un cierre de ciclo que a su vez abre uno nuevo cargado de esperanza. A pesar de los desafíos pasados y las criticas que ha enfrentado, su reelección es vista como la oportunidad para consolidar un proyecto que, aunque ha tenido tropiezos, ha llevado a la UAS a estándares de calidad sólidos. Este domingo, la Comunidad Rosalina se prepara para continuar hacia adelante, con mirada firme y con la certeza de que la resistencia y el compromiso de su rector se traducirán en un verdadero avance para la UAS y la educación superior en Sinaloa.
Todo esto, según yo, el Goyo310… ¡Fugaaaaa! Vámonos, que es fin de semana y este cuerpecito de Cochi en engorda lo sabe.