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La Cátedra| Culiacán: El miedo manda en la población a pesar del sitio militar

Este jueves, el INEGI publicó una estadística demoledora: Nuevo de cada diez habitantes de Culiacán se sienten inseguros, la cifra exacta fue que el 90.8 por ciento de los culichis tienen miedo de vivir aquí. Este número no sorprende, ya que desde hace más de diez meses vivimos una crisis de seguridad que las autoridades fallidamente han intentado minimizar.

Esta sensación sin duda debe permear en otras partes del estado menos visibles como la zona de Elota, San Ignacio y Cosalá, o la sierra sur de Rosario, Concordia y Mazatlán. Pero en Culiacán por ser el municipio más poblado y el territorio más deseado por los grupos en disputa, la sensación de inseguridad es más significativa.

La autoridad municipal está completamente rebasada, el presidente Juan de Dios Gámez Mendívil ha optado por esconderse, y por ceder en absoluto el control de la seguridad, primeramente al gobierno del estado y en segundo lugar al gobierno federal que poco a poco se adueña de todas las instituciones policiales en Sinaloa.

Gámez no solo ha renunciado a sus facultades constitucionales para cumplir con su obligación de poner orden y paz en el municipio que dirige, sino que también se ha desentendido de dichas responsabilidades, su actuar ante la crisis de seguridad creada por la narcoguerra se ha limitado la entrega de apoyos económicos a algunos grupos de comerciantes y empresarios, pero como bien dijo el chef Miguel Taniyama si dividimos los montos de esos apoyos entre el tiempo que lleva la crisis, el monto real del apoyo por mes es risible y ofensivo.

El gran problema radica en que Culiacán está bajo asedio militar desde julio de 2024, miles y miles de efectivos han llegado a la capital sinaloense, el aumento de efectivos fue subiendo conforme iniciaron los enfrentamientos desde aquel fatídico 9 de septiembre.

Vemos retenes y patrullajes, operativos, capturas, decomisos, y aún así los muertos, las balaceras y hasta los narco mensajes no cesan. En pocas palabras, nada ha cortado los actos terroristas que abruman a la sociedad culichi y en muchos casos la dañan con la muerte de personas inocentes por balas perdidas o fuego cruzado.

Antes de la narcoguerra los número de percepción de inseguridad rondaban el 60 por ciento, un número nada halagador, pero superar el 90 por ciento es alarmante. Harán algo las autoridades con este delicado dato o solo se aferraran a negar la realidad como ya parece costumbre.

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