Continúa el cuarto mes del “culiacanazo” intermitente que mantiene a Sinaloa en situación de “narcopandemia” que no debe normalizarse. Dicho término surge de la conjunción entre narcotráfico, por los recientes y continuos conflictos armados, y pandemia, en referencia a esa sensación de limitación temporal, indefinida e involuntaria, como la que se vivió durante la contingencia por COVID-19, cuando las actividades comunes se redujeron a las esenciales.
Hace dos semanas Culiacán recibió nuevamente al secretario de Seguridad y Protección Ciudadana Omar García Harfuch, quien a sus 42 años, destaca como uno de los integrantes más jóvenes del gabinete federal. Totalmente contrastante con la actual gerontocracia de gabinete donde la edad promedio ronda los 58 años. Esta visita no solo refuerza su presencia, sino que viene acompañada de la promesa de pacificar Sinaloa por “el tiempo que sea necesario”.
A diferencia de la política de “abrazos, no balazos” que predominó durante el primer piso de la 4T, el discurso, la actitud y la imagen de García Harfuch reflejan una estrategia más activa y menos contemplativa. Se trata de la respuesta que brinda una administración liderada por una presidenta en un tiempo donde las mujeres están tomando el protagonismo, como reivindicación histórica y social.
Este domingo 14 de diciembre la Presidenta de la República Claudia Sheinbaum, visitará Sinaloa. La pregunta del millón: ¿ahora sí aceptará la crisis de violencia en el estado?
*¿El lado correcto de la historia?*
Entre las reconfiguraciones del poder mediante nuevas políticas, fuerzas y administraciones, parece inevitable que el curso natural de los eventos establezca un nuevo status quo. Sin embargo, siempre estará la posibilidad de volver a las bases, ese “back to basics” que nos recuerda que leer es fundamental.
La polarización que enfrentamos hoy como herencia de una vieja política, exige más que nuevos rostros, sino que requiere liderazgos sólidos, acción y firmeza para elevar la categoría del debate político, dejar atrás las denostaciones y resignificar la política como lo que realmente es: el arte de generar acuerdos. Solo así se puede aperturar el diálogo y alcanzar una democracia más robusta.
Ceder espacios a nuevos cuadros causará incertidumbre, especialmente cuando no se cuenta con experiencia política “tradicional”. No se hable de juventud o sus credenciales, sino de identificar si poseen integridad, probidad y compromiso genuino. Elementos que permiten construir confianza y fortalecer las instituciones, independientemente de la antigüedad o la edad de quienes ocupen los cargos.
*La deuda pendiente*
La justicia para las mujeres sigue siendo una tarea pendiente en Sinaloa. Aunque existen una Secretaría de las Mujeres y una Fiscalía con recursos suficientes, los delitos sexuales parecieran no atenderse con la seriedad que merecen. El servicio público demanda coherencia y compromiso, siempre será preferible el actuar legal sin comprometer la credibilidad.
Esta falta de acción deja a muchas víctimas sin acceso a una verdadera justicia y cuestiona la efectividad de estas instituciones. Además, deja espacio a ciertas acciones como la difusión indebida de información o la falta de procedimientos claros que no solo generan desconfianza sino que debilitan tanto a las causas sociales como a las instituciones.
Canción: El Karma – Ariel Camacho (2014).
Jesús M. Arellano.