Ante la intoxicación masiva de alumnos en una escuela de Eldorado y la alerta del Hospital Psiquiátrico de Sinaloa sobre la necesidad de atención mental de niños, es necesario reforzar la prevención y el desarrollo socioemocional de estudiantes, docentes, madres y padres de familia
Culiacán, Sinaloa a 06 de mayo del 2025.-Luego de la intoxicación masiva con sustancias adictivas de estudiantes en una escuela del municipio de Eldorado, Fundación Sociedad Educadora hizo un llamado a la responsabilidad colectiva para que las instituciones educativas sean espacios realmente seguros para niños, niñas y adolescentes.
Irving Salazar Gaxiola, director de esta organización civil, mencionó que el hecho ocurrido en el ejido San Diego enciende una alerta sobre los entornos a los que están expuestas nuestras infancias.
“La empatía hacia la niñez exige presencia, no condescendencia. Requiere que los adultos dejemos de mirar con filtros y empecemos a actuar con compromiso: creando espacios donde puedan expresarse sin miedo, aprendan a gestionar lo que sienten y se sientan acompañados, no juzgados”, indicó.
Consideró necesario reforzar la tarea preventiva y fortalecer la participación activa de docentes y padres de familia en todo lo que concierne a la educación de los alumnos, además de la intervención decidida de autoridades de los distintos órdenes de gobierno para que este tipo de problemáticas no se repitan; afortunadamente en este incidente no hubo víctimas fatales.
Destacó que parte importante para que las infancias encuentren espacios seguros es fortalecer las habilidades socioemocionales, el cual no puede continuar como un tema secundario.
Recordó que recientemente el director del Hospital Psiquiátrico de Sinaloa alertó que más de 58 mil niñas, niños y adolescentes en Sinaloa necesitan atención por salud mental, una cifra tan dura como reveladora.
“Estamos realmente cuidando a nuestras infancias o seguimos limitándonos a celebrarlas con fiestas, dulces y discursos que no tocan la raíz del problema”, cuestionó.
Irving Salazar explicó que ser niña o niño hoy implica crecer entre exigencias, saturación de estímulos, desinformación, violencia normalizada y una constante falta de escucha emocional. No basta con cuidar el cuerpo: también hay que sostener el alma, proteger el desarrollo emocional, y fortalecer la autoestima y la capacidad para pedir ayuda.
Desde Sociedad Educadora, abundó, asumimos con claridad este desafío. Nuestro trabajo está guiado por la convicción de que todas las infancias —sin importar si están en escuelas públicas o privadas— merecen acceso a programas de prevención y formación socioemocional. Por eso, implementamos modelos de intervención universal que fortalecen su capacidad de decisión, su conciencia emocional y sus redes de apoyo.