Por Mario Kato.-
En la última quincena de enero, el Congreso del Estado de Sinaloa comenzó las comparecencias de los diferentes miembros del gabinete del gobernador Rubén Rocha Moya, esto se supone un ejercicio de rendición de cuentas que complementa el informe de gobierno que da el poder ejecutivo cada año.
Las comparecencias han sido un acto de circo al que tanto están acostumbrados en la actual legislatura, nadie hace las preguntas indicadas que permita a la ciudadanía saber porque seguimos sin resultados en materias tan sensibles como la seguridad pública o la salud.
El poder legislativo por lo menos hace la faramalla de llamar a cuentas a los secretarios de estado, sin embargo, a la fiscal general de la entidad, Sara Bruna Quiñonez, que si bien no forma parte del gabinete, pero si del gobierno, no ha sido tocada ni con el pétalo de una audiencia.
La ex jueza quien llegó mermada políticamente por su cercanía con el secretario general de gobierno, Enrique Inzunza Cázarez, ha cometido una serie de omisiones y faltas que podían constituir delitos, y parece que a nadie en el poder legislativo le escandaliza que la persona elegida para combatir el crimen, sea una sospechosa criminal.
En marzo de 2023, personalmente informe al Congreso del Estado, que Sara Bruna estaba siendo omisa con la ley orgánica de la propia FGE, la cual establece en su artículo 29 que el Consejo Ciudadano Consultivo debe sesionar por lo menos una vez por mes, la responsable de convocar a sesión en su calidad de presidenta de dicho consejo en la fiscal, además, el Secretario Técnico de dicho órgano es el vicefiscal general Dámaso Castro.
La fiscal solo convocó a sesión en 6 ocasiones en el año 2022, cuando su obligación era hacerlo en 12 ocasiones, una por cada mes, no solo eso, sino que de esas seis convocatorias solo se concretaron 5 sesiones, es decir, no se cumplió en 7 meses con el requisito de ley.
En todo el año 2023 no hubo una sola sesión del Consejo Consultivo, la fiscal convocó solo en cuatro ocasiones, y esto casualmente después de mi carta al poder legislativo; dicha misiva además, señalaba la falta de cumplimiento de los acuerdos votados al seno del Consejo con unanimidad de los seis ciudadanos que participamos en el él.
La respuesta de la mediocre diputada Alma Rosa Garzón, quien preside la Comisión de Justicia fue que yo no era nadie para pedir que la fiscal fuera llamada a comparecer… Cabe señalar que para obtener tan prepotente respuesta tuve que meter un amparo en contra del Congreso del Estado quien evadió responder mi carta casi seis meses.
A finales del año pasado vino una señalamiento aún más grave, las licenciadas Zulma Gastélum y Crystal Ochoa denunciaron a Sara Bruna ante el Órgano de Control Interno de la FGE, por nepotismo ya que habría contratado a una de sus hijas como asesora de la institución con una remuneración de 20 mil pesos mensuales.
¿Y la fiscal para cuándo será llamada a comparecer? , la actitud de complicidad de quienes controlan el poder legislativo en Sinaloa, nos deja claro que Sara Bruna nunca será tocada con el pétalo de una comparecencia, no importa que tanto se haga evidente su corrupción, además de su ya famosa incompetencia.
A estos señalamientos hay que sumarle la exhibida de los medios de comunicación del nombramiento irregular de su amigo personal y asesor de imagen Jorge Papachoris, como director de servicios periciales, o el pago de sus clases de yoga con el dinero de la fiscalía.
¿Y la fiscal para cuándo será llamada a comparecer? , la actitud de complicidad de quienes controlan el poder legislativo en Sinaloa, nos deja claro que Sara Bruna nunca será tocada con el pétalo de una comparecencia, no importa que tanto se haga evidente su corrupción, además de su ya famosa incompetencia.
Hasta cuándo SARA BRUNA, CUENTAS CLARAS AMISTADES LARGAS!!!!!