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Los dinosaurios van a desaparecer. Charly García y el arte de desafiar la dictadura

PorRedacción

Nov 9, 2024

El pasado 23 de octubre Charly García cumplió 73 años. Este músico argentino que ha logrado colocarse en el olimpo, no sólo de la música del país de Borges y Sábato, sino que, en la música de toda Latinoamérica, incluso el mundo, tiene una carrera por demás peculiar.

Son muchas y muy conocidas las anécdotas protagonizadas por Charly. Situaciones que lo colocan al borde de la locura, de las drogas, del rockstarismo en todo el su esplendor; anécdotas donde arriesga la vida y también donde la recupera, porque Charly no sólo es este músico que se destruyó a sí mismo, sino el que se reconstruyó en cada disco y cada que se veía casi tocado por la muerte.

Una de las anécdotas poco conocidas de Charly se remonta a la época de Sui Géneris, su primera agrupación, conformada únicamente por Nito Mestre y el propio Charly durante los inicios de los 70’s y que, junto a Almendra, Los Gatos o Manal, forman parte del rock argentino que sirvió como primera voz de la juventud y fueron base para todo lo que vendría después.

La anécdota se centra en Charly y Nito siendo apresados por el ejercito argentino, era la época de la insurrección argentina, que derivó en la toma de poder del General Alejandro Agustín Lanusse, quien tenía la propuesta de un Gran Acuerdo Nacional controlado por los militares y quien buscaba mantener el orden de su dictadura (como sucede siempre) bajo cualquier costo.

Según García, los habían apresado en la calle, después de un concierto donde un militar vestido como civil, había grabado audio de algunas canciones de la banda. Al salir del lugar donde fue el concierto, los toman, los meten en un coche militar, les vendan los ojos y los llevan a un cuartel. Ahí los mantienen con los ojos vendados y escuchando armas de fuego y gritos. Al descubrirles los ojos, los músicos se encontraban frente a un pelotón de fusilamiento, ahí mismo les pusieron la grabación y le pidieron al compositor, en este caso Charly, que transcribiera la letra de una canción en específico: Botas locas.

La grabación era de muy mala calidad, asegura Charly, y esto bastó para que usara esa inteligencia que lo caracteriza y se aprovechara del mal audio para cambiar la letra. Cuando originalmente la canción dice: “Amar a la patria bien, nos exigieron / si ellos son la patria yo soy extranjero”; a lo que el músico recompuso: “si ellos son la patria yo me juego entero”.

Este simple cambio (absurdo y tonto, pero muy brillante) logró que los militares encargados de llevar la fuerza de la censura, los dejaran ir. Sin embargo, a partir de este momento, Charly García, al ser una figura mediática tan grande, se volvió un objetivo del ojo de la censura del Estado. Esto, sin lugar a dudas, hizo que el compositor se volviera más astuto y que recurriera a más y mayores recursos retóricos para componer sus canciones.

Pero la capacidad de ver la realidad de la Dictadura Argentina no se fue a ningún lado, se mantuvo en sus siguientes proyectos: La máquina de hacer pájaros, Serú Girán y su carrera como solista.

Las siguientes canciones que se enfrentaron a la censura, fueron Hipercadombé, Viernes. 3 am, Canción de Alicia en el País, Encuentro con el Diablo y José Mercado.

En todas ellas, Charly recurre al storytelling lleno de fantasía para contar la realidad cruda. Por ejemplo, en Viernes. 3 am, habla de una persona que se encuentra muy deprimida y cansada y que piensa en el suicidio a raíz de toda la situación de represión; Canción de Alicia en el País, es una mujer que está escapando de todo esto, una mujer exiliada; José Mercado es una mofa al Secretario de Comercio argentino afirmando que compra todo de importación. La canción Encuentro con el Diablo, habla de cómo fue una reunión con el Ministro del Interior, Albano Harguineguy, cuando el gobierno parecía estar en un momento dialoguista. Charly junto a Serú Girán, canta: “Nunca pensé encontrarme con el jefe / en su oficina de tan buen humor / pidiéndome que diga / qué pienso yo”. Todo esto bajo la armonía blusera y melódica de Sweet home Alabama.

La Segunda Dictadura Militar Argentina cayó en 1983, el mismo año que Charly sacaba al mercado su mítico disco Clics Modernos, en él todavía se ven reflejados los estragos de la dictadura en canciones como Nos siguen pegando abajo, No soy un extraño o Plateado sobre plateado. Pero es Los Dinosaurios, la canción que enfrasca mejor en todo el contexto de las desapariciones.

La analogía es simple: Los dinosaurios son viejos y verdes, los militares en el poder también.

Sin embargo, la canción no sólo habla de eso; habla de las desapariciones forzadas, de los exiliados y del temor que se siente ante todo esto, y esa rabia que se necesita para no querer ser igual.

La canción dice: “Los amigos del barrio pueden desaparecer. / Los cantores de radio pueden desaparecer. (…) / La persona que amas puede desaparecer (…) / Los que están en la calle pueden desaparecer en la calle. / (…) pero los dinosaurios van a desaparecer. / No estoy tranquilo, mi amor, hoy es sábado a la noche / y un amigo está en cana / Oh, mi amor, desaparece el mundo. / Si los pesados, mi amor, llevan todo ese montón / de equipaje en la mano / oh, mi amor, yo quiero estar liviano.”

Esta letra, aunque mal cortada por mí, refleja el horror de pensar que cualquier persona que ames, o que siquiera conozcas pueda ser asesinada o terminar en la cárcel (cana), o simplemente “desaparecer en el aire”, como dice Charly, y que toda esta fabrica de horror sea causada por las personas que han jurado protegerte, a ti y a ellos.

Por eso me gusta tanto Charly García, tiene ese ojo agudo para notar todas estas injusticias, y la inteligencia para poder librar la censura cuando fue necesario, pero sobre todo el corazón para oponerse a pesar de todo, y ser diferente, como lo dice él “convencer a todos de que se está loco”, porque si los pesados llevan todo ese equipaje en la mano, siempre es mejor estar liviano; mejor no estar atado a nada.

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