Por: Ismael Checa Landeros.
La seguridad pública en un Estado no solo requiere conocimiento e implementación de estrategias meramente policiales. Se necesita, además, conocer costumbres, vocablos, gustos, el comportamiento individual, la convivencia grupal; en fin, un cúmulo de aspectos que deben tomarse en cuenta mucho antes de elaborar cualquier plan de seguridad pública.
Desde hace muchos años en Sinaloa, se tomó la decisión de poner a los militares al mando de la seguridad pública. La justificación fue dudar de la honestidad de los mandos civiles de aquella época. Se habló de que era la solución para darle tranquilidad a la población sinaloense, se amplió la presencia militar a algunos municipios, dejando de lado a los mandos civiles, y con ello se vivió una deshumanización y un alejamiento de la población en el actuar de la policía municipal. La prevención no se siente y la población cada día se aleja más. Esta estrategia de poner al mando a los militares no está dando el resultado esperado, lo que nos lleva a lanzar una pregunta al aire: ¿Qué tal si volvemos a mandos civiles en Sinaloa?
Esto, bajo esquemas de supervisión constante y rigurosa sobre los mandos policiacos, para evitar en lo posible actos deshonestos. En estos tiempos, donde la percepción de la población sobre las policías municipales no es de color rosa, recuperar la tranquilidad y lograr la empatía entre policías municipales y sociedad es sumamente necesario para continuar con el desarrollo de la población. En tiempos turbulentos, con unión y empatía se logra vivir en armonía.
“Zapatero a tus zapatos”, es un dicho popular, ¿encajará en lo escrito?
P.D. Nos vemos en la próxima entrega.