La Dirección de Vialidad y Transportes de Sinaloa ha tomado una decisión contundente para mejorar la seguridad en el transporte público de Culiacán: los camiones urbanos que cuenten con luces de colores en su interior deberán retirarlas en un plazo de 15 días. De no hacerlo, los concesionarios y conductores enfrentarán sanciones que van desde multas económicas hasta la posibilidad de que las unidades sean retiradas del servicio.
Según Rodolfo García, responsable del área de Supervisión, estas luces representan un riesgo para la seguridad de los usuarios, ya que dificultan la visibilidad dentro de los vehículos. Esto afecta especialmente a mujeres, menores de edad y adultos mayores, quienes son más vulnerables en situaciones de poca iluminación. La medida exige que las unidades cuenten únicamente con luz blanca, clara y funcional.
El respaldo de las autoridades municipales ha sido clave en esta iniciativa. El alcalde Juan de Dios Gámez Mendívil enfatizó la necesidad de dignificar el transporte público y garantizar un ambiente seguro para los pasajeros, tanto en el día a día como en trayectos nocturnos.
Los operativos de supervisión comenzarán una vez concluido el plazo establecido, y las sanciones serán aplicadas a quienes no cumplan con la normativa. Para fortalecer la vigilancia, las autoridades han habilitado líneas de denuncia anónima donde los ciudadanos pueden reportar irregularidades.
El anuncio ha generado reacciones diversas entre los usuarios. Mientras algunos consideran que es un paso necesario para mejorar las condiciones del transporte, otros se cuestionan si realmente será efectivo. Lo cierto es que esta medida refleja un esfuerzo por reforzar la seguridad en los camiones urbanos de la ciudad y establecer estándares más altos para el servicio público.
Las líneas de denuncia estarán disponibles para que cualquier ciudadano pueda contribuir al cumplimiento de esta regulación. ¿Será suficiente esta acción para transformar el transporte público de Culiacán?