Por Redacción
Desde la tarde del domingo, un grupo de masones en Culiacán comenzó a coordinar esfuerzos para acompañar a dos niños internados en el Hospital General Regional No. 1 del IMSS, ubicado frente al estadio de Los Tomateros. Ambos menores serían trasladados en ambulancia aérea al Hospital Infantil Shriners de Galveston, Texas, especializado en atención a pacientes con quemaduras.
La jornada comenzó este lunes en punto de las 8:30 de la mañana, en medio de la habitual inquietud de comerciantes por vender en estos tiempos tan inciertos y familiares desvelados y afligidos en el hospital más grande del IMSS en Sinaloa. A pesar del aparente caos, los Hermanos mostraron temple y compromiso al superar sin contratiempos los filtros de seguridad del área de Urgencias.
Las conversaciones espontáneas con médicos conocidos y la cálida cooperación del personal hospitalario marcaron el inicio de una misión llena de esperanza. En el área de Pediatría, los familiares de Damián y Scarlett —los dos pequeños pacientes a trasladar— ya esperaban ansiosos a las ambulancias que les llevarían al aeropuerto.
El primero en ser trasladado fue Damián, quien, pese a su estado de salud, conservó una sonrisa al ver a quienes él percibió como “ángeles” dispuestos a ayudarlo. Fue retirado de su cuarto aislado con cuidado y profesionalismo por parte del personal médico y paramédico. Su madre, visiblemente nerviosa, confesó enfrentar una experiencia completamente desconocida, pero cargada de esperanza.
A las 9:40 de la mañana, la ambulancia partió rumbo al Aeropuerto Internacional de Culiacán. Durante el trayecto por el Boulevard Emiliano Zapata y la Calzada Aeropuerto, no se presentaron contratiempos. Ya en la terminal aérea, dos ambulancias aéreas esperaban a los menores para el vuelo hacia Galveston.
El acceso del equipo Shriners al área de aviación general se dio sin dificultades, gracias a una logística anticipada. Luego de recibir los chalecos reflejantes necesarios, el equipo acompañó a Damián y a sus padres hasta la pista. Allí, una joven enfermera estadounidense, que se disculpó por su limitado español, utilizó un traductor digital para comunicarse, demostrando que una sonrisa cálida sigue siendo el mejor lenguaje universal.
La explicación del vuelo, el equipo médico a bordo, los protocolos y medicamentos a utilizar fue detallada y empática —aunque haya sido en inglés—. Finalmente, Damián fue asegurado en la pequeña camilla y subió a la ambulancia aérea acompañado de su madre. El avión despegó llevando al menor en busca de alcanzar una nueva esperanza.
Más tarde, alrededor de las 11:00 de la mañana, llegó al aeropuerto Scarlett, una niña de apenas tres años, con todo un futuro por delante. El protocolo fue seguido al pie de la letra, y a las 11:30, bajo el calor característico de Culiacán, el segundo vuelo partió con destino a Texas. Su abuela Paula, con lágrimas en los ojos, encomendó a Scarlett y a su madre a la Virgen de Guadalupe.
Que el Gran Arquitecto del Universo acompañe a estos pequeños en su camino hacia la sanación y los traiga de regreso con salud, para alegrar la vida de quienes los aman y los esperan con el corazón en la mano.