La reciente aprobación de la Ley de Inteligencia en San Lázaro ha desatado un intenso debate en el ámbito político. Los diputados de Morena, junto con sus aliados, respaldaron esta legislación, que ha sido apodada la “Ley Espía” por los grupos opositores. Esta ley otorga a las instituciones del Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia acceso a bases de datos personales, tanto del gobierno como de empresas privadas, lo que ha generado inquietud sobre la privacidad de los ciudadanos.
Con 324 votos a favor y 117 en contra, la reforma a la Ley del Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia fue aprobada en medio de críticas por la falta de transparencia en el proceso legislativo. La oposición denunció que la discusión se llevó a cabo con modificaciones de última hora, que alteraron sustancialmente el contenido original.
La diputada Xitlalic Ceja, del PRI, señaló que esta situación es un ejemplo claro de cómo se están manejando las leyes en un ambiente de opacidad. La ley tiene como objetivo central el uso de herramientas tecnológicas para la creación de bases de datos y productos de inteligencia, que se utilizarán en la lucha contra el crimen organizado y otros delitos graves.
Entre las disposiciones más controvertidas se incluye la capacidad de las autoridades para acceder a información de empresas privadas y a registros personales, desde datos biométricos hasta información fiscal y de salud. Esta amplia recolección de datos ha generado preocupaciones sobre la posibilidad de abusos de poder y el establecimiento de un régimen autoritario.
Los críticos advierten que la seguridad de la Plataforma Central de Inteligencia podría estar en riesgo, lo que podría llevar a la vulneración de datos sensibles de la ciudadanía. La discusión sobre esta ley refleja una creciente tensión entre la búsqueda de seguridad pública y la protección de las libertades individuales.
Con información de PoliticoMX.