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| El Conocimiento es poder.

La Diputada María Teresa Guerra Ochoa sorprende al comunicar que la información de análisis que produce libremente cualquier ciudadano o en el ejercicio periodístico debe ser acotada.

Por Alfonso Carlos Ontiveros Salas.-

La probable restricción parte de una iniciativa de ley que el Congreso del Estado deberá resolver si se aprueba o no. Sin embargo, esa iniciativa debe ser cuidadosamente revisada porque podrían lesionarse derechos fundamentales del ciudadano.

La información veraz y oportuna es un derecho de todos y pilar importante de nuestros principios democráticos. Quizá, la información de la Diputada pudo no ser la que dejó gravitando ante los medios de información cuando expuso la existencia de esa iniciativa y la intención de ser aprobada.

Acotar el análisis de los periodistas, caricaturistas, articulistas o analistas políticos, no es ni debe ser la función de un gobierno democrático, ya que eso sería tanto como reprimir las libertades de opinión y amordazar al ciudadano sería una determinación peligrosa.
Debería, que sería diferente, que quien escriba, opine, mensajee por dibujos, lo haga de manera seria, profesional y con ética periodística o con una óptica que no ofenda los derechos de los demás.

Los que han decidido estar en las olas periodísticas, es un privilegio, pero también un deber de apegarse a los principios éticos que regulan esa profesión. Si, soy partidario de que se acote, pero también que se censure con rigor y de ser posible castigarse los excesos en que incurren algunos artistas de la pluma. Textos e imágenes que en muchos de los casos son basura informativa y ofensivos a los derechos de terceros.

El periodismo no evoluciona para ofender o injuriar, el periodismo se actualiza en sus técnicas para orientar a la sociedad y describir las realidades en que se desarrollan los comportamientos de actores políticos, sociales o empresariales.

La crítica es sana y no debemos rechazarla o censurarla, es parte de nuestras libertades y decir lo que sucede en nuestro entorno. Lo que se condena son las tendencias perversas y difamantes en que han incurrido algunos quienes en lugar de exaltar las virtudes del periodismo y de sus análisis de opinión, sueltan como jaurías rabiosas sus odios y frustraciones.

Toda información que se apoye en opiniones especulativas y apartadas de la realidad es un insulto, por lo que debe reprobarse y sancionarse por inmoral y perversa. La que oriente y se base en la objetividad y la verdad, debe reconocerse y aplaudirse. Lo decepcionante es como algunos comunicadores y empresas periodísticas han adoptado la especulación como su código para injuriar y difamar.

La iniciativa debe ser pareja y no discriminatoria. Hombres y mujeres han sido y son blanco de ofensas injuriosas y difamantes, para desterrar esas prácticas ultrajantes al derecho de los demás, debe analizarse la conveniencia de incorporar de nuevo en el código penal de Sinaloa los delitos de difamación y calumnia, para poner un freno a esos gatilleros del periodismo. No sería violentar la libertad periodística sino castigar la maldad del periodista.

Las redes sociales son portales muy utilizados con registros o nombres falsos y utilizada como medio para injuriar ¿La iniciativa contempla disposiciones para castigar también a esos fantasmas criminales que utilizan las redes para cometer sus desmanes?
Hay plumas que solo se ocupan para destilar notas cargadas de odio y de rencor. ¿Textos e imágenes que despiden un hedor insoportable, será materia de esa iniciativa señora Diputada?

¿Usted qué opina?