Privilegiar la coordinación es un elemento fundamental para que operen eficientemente las instituciones policiales.
Por Alfonso Carlos Ontiveros Salas.-
La desconfianza entre los miembros de las corporaciones de policía y las fuerzas armadas no es un secreto. El respeto es un componente que, si no se manifiesta, difícilmente se podrá eficientar el resultado en las operaciones policiales.
Muy lamentable el hecho ocurrido entre policías hermanas, la preventiva de Culiacán y la estatal. La detención de policías municipales por los estatales no es más que una clara señal de descoordinación ¿La consecuencia por los hechos? la remoción del titular de la corporación policial municipal.
Un principio que debe tenerse presente, es que nadie es más que los otros, todos llevan a cuestas la misma responsabilidad, la seguridad ciudadana. El comportamiento policial en una clínica conocida de Culiacán, donde se dijo que había dos personas lesionadas por arma de fuego, no quedó claro, y eso es lo peligroso, si eran maleantes custodiados por complicidad de policías o si el resguardo era por la seguridad de que no se escaparan.
La sociedad no quiere escuchar eso de sus autoridades. Lo que se quiere es que haya respeto entre los integrantes de las instituciones policiales y lealtad a sus funciones. No le echen más leña al fuego, el ambiente está muy caliente con este fenómeno delictivo y los policías atizándole más.
La sociedad espera que los responsables de la prevención informen de algún programa que sea efectivo y que alienten la esperanza ciudadana. En el Secretariado Ejecutivo faltan ideas que deben gravitar en proyectos que restituyan la calma en la ciudad y en el Estado. Urge que los den a conocer, pero no solo eso, que los pongan en marcha.
Que detonen programas de inversión, y que se difundan las megaobras que realiza el gobierno estatal cuyo impacto sin duda se traducirá en muchos más visitantes e inversión. Pero sobre todo es un potencial de confianza. Mejoramientos en la infraestructura urbana darán al gobierno y al estado mejores notas de difusión local y nacional. Sinaloa no es inseguridad, es una sociedad que se preocupa por trabajar y por impulsar el trabajo, la inversión y la productividad. Un gran equipo social con ambiciones y proyectos para proporcionar condiciones de paz y tranquilidad colectivas.
Aun con esas motivaciones, se reconocer también, que la violencia opaca programas de impacto social y económico, por lo que obliga a rediseñar, de ser necesario, la estrategia implementada para el combate a la inseguridad, aunque no se soslaya que la delincuencia recurre a métodos que atemorizan a la sociedad y eso no puede ni debe permitirse.
La delincuencia quiere enfrentar a las policías, le apuesta a que se rompa el hilo coordinador de las instituciones policiales y las fuerzas armadas. La inteligencia debe ser la que se privilegie y dejar por un lado las tendencias perversas de la delincuencia a quien deberá perseguirse con toda la capacidad del gobierno.
Las instituciones que tienen a su cargo programas de prevención deberán ponerse de acuerdo quien dirigirá su implementación porque en esta lucha deberán trabajar unidos y no separados, porque la dispersión será siempre ineficaz y conducirá irremediablemente al fracaso.
Promover la seguridad ciudadana, no es una responsabilidad exclusiva del gobierno, la sociedad es corresponsable en que la tranquilidad de todos sea una realidad. Pongámonos a trabajar y empecemos a sembrar la semilla del respeto y de la paz desde nuestras casas, eso no tiene ningún costo y por ello, el SAT tampoco nos cobrará impuestos.
¿Usted qué opina?