Por: David Espinoza
En nuestro sistema de salud mexicana, se encuentran unas piezas fundamentales que sostienen las instituciones de salud gracias a su ardua labor: Los Médicos Internos de Pregrado.
Pero antes entendamos ¿Quiénes son los MIPs (Médicos Internos de pregrado)? De acuerdo al Reglamento para el Internado de Pregrado de los Centros de Enseñanza Superior de Medicina que se Desarrollan en las Instituciones de Salud en el Territorio Nacional,considera Internado de Pregrado “el ciclo de estudio teórico-práctico que se realiza en el estudio de la carrera de Médico Cirujano para complementar la instrucción adquirida en ciclos académicos anteriores y como requisito previo el examen profesional, el servicio social y la obtención del título correspondiente.”
En resumidas cuentas, los estudiantes de medicina, una vez que culminan sus estudios teóricos durante 5 años en su escuela correspondiente, llega el anhelado momento de ejercer de manera práctica todos esos conocimientos adquiridos, a través de instituciones de salud como hospitales y clínicas, donde serán médicos de baja jerarquía y adquirirán mayores conocimientos, esto sin que se considere como un empleo o servicio social.
Los MIP son “estudiantes” pero ese término realmente es poco de acuerdo con lo que realizan. Se les debe otorgar otro concepto porque no son solo estudiantes, son trabajadores (sin sueldo) porque ellos realizan jornadas de hasta 36 horas seguidas en los hospitales, trabajando día y noche con los pacientes. Esto ocasiona que no tengan tiempo para un descanso adecuado y cuando llegan a tener un poco de tiempo, no tienen un lugar de descanso fijo. Muy pocos hospitales cuentan con camas de descanso para estos médicos, ante esto se las tienen que ingeniar, dormir en rincones, en el suelo con una sábana y si se sacan la lotería, pueden lograr alcanzar un pequeño colchón que comparten con sus compañeros para su merecido descanso.
Su labor es ardua, se rompen el lomo realizando procedimientos médicos como desimpactación fecal (donde tienen que realizar un masaje anal con los dedos para estimular el recto para que expulse la materia fecal) que ni los médicos de mayor experiencia se animan a realizar.
Debemos valorar los grandes sacrificios que llevan a cabo estos jóvenes que están en el camino de su sueño de ser Médico. Sufren muchísimo seamos realistas, son víctimas de abusos por parte de personal de salud con un rango de jerarquía mayor, como de médicos residentes y adscritos, que se aprovechan de su poder en esclavizarlos, otorgándoles una carga de trabajo muy alta. Los hacen trabajar turnos muy largos, los castigan con hechos que se podrían considerar insignificantes, prolongando sus horas de labor o estudio extra.
Los MIP o mejor dicho los “esclavos modernos del sistema de salud”, deben tener mayor reconocimiento, porque son los que pasan jornadas extensas sin dormir, sin comer y si consumen alimentos no es de manera balanceada ni a sus horas, sacrifican su estado de salud por cuidar la salud de las demás personas. Además, recalquemos que no reciben una remuneración justa, solo una beca de muy baja cantidad monetaria.
En los hospitales y clínicas de la ciudad de Culiacán, los MIP reciben una beca entre $950 – $1,050 quincenalmente, eso si corren con la fortuna de haber obtenido la beca porque no todos la perciben salvo que realicen el internado en el IMSS.
Ante esto ¿les parece justo que un médico interno de pregrado reciba solamente esa pequeña cantidad? Donde tienen que sobrevivir para solventar gastos de transporte, de alimentos (porque no siempre hay alimentos para todos en el comedor) y si sumamos a que muchos de ellos son foráneos, tienen una renta y servicios que pagar. Me parece totalmente deplorable esta beca, es un insulto para los jóvenes, que, si bien es un apoyo y no deben recibir pago por remuneración, es injusto ya que no es suficiente ante los gastos más extensos que se les presenta.
Y no olvidemos el maltrato que recibe por parte de la población en general, por aquellos pacientes o familiares de ellos que son regañados por tomarse un momento de descanso ¿creen que podríamos aguantar 36 horas seguidas trabajando sin descanso alguno? Obviamente no, necesitamos del reposo para recuperar energía, por lo tanto, no le reprochemos el que estén durmiéndose o el famoso “po mi tragas”, que es una demostración de la poca empatía y educación de la persona que dicta dichas palabras, porque como verás es poco el pago que reciben y si mencionas esa frase, simplemente de tus bolsillos saca efectivo y dales para que tu dicho tenga un poco de validez.
Invito a todas las personas que seamos más empáticos con los jóvenes médicos, reconozcamos que ya son médicos. No los llamen muchacho(a), niño(a), llamésmolos por lo que son: médicos/doctor. Levantemos el ánimo de los jóvenes médicos, que merecen ese reconocimiento por parte de la población. No recriminen ante ellos sus frustraciones al no ser atendidos a tiempo o que pasan a un paciente que llegó después de ustedes, debemos saber diferenciar entre una emergencia y una urgencia, no se desquiten con ellos por esas cuestiones.
Gracias médicos internos, sin ustedes, los hospitales colapsarían, se encuentran en la parte más baja de la pirámide de jerarquía de médicos y en tanto, imaginemos una pirámide de egipcio levantada por muchas personas, eso son ustedes, los pilares de este sistema de salud. Si no se sostiene esa pirámide, cae, así como caería nuestro sistema de salud sin ustedes.
David Espinoza