La reforma para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales tendría efectos mixtos en la industria de la construcción opinó especialista en ingeniería, dijo que el sector, que sumado con el inmobiliario representa cerca del 15 % del Producto Interno Bruto (PIB), podría enfrentar una caída inicial de hasta 20 % en productividad si el cambio se implementara de forma abrupta.
El maestro Adalberto Soto Grijalva adscrito a la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), dio a conocer que, a pesar de sus beneficios para los trabajadores, la transición exige un enfoque gradual, “este tipo de reforma es necesaria, pero debe ir acompañada de tecnificación y políticas públicas que compensen la reducción inicial de jornadas”.
Destacó que en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), donde la jornada promedio es de 37 horas, la productividad y competitividad mejoraron una vez adoptada la reducción.
Desde el plano legislativo y social, Soto Grijalva explicó que los principales retos son definir la gradualidad en función del tamaño de empresa y región, así como garantizar incentivos fiscales y tecnológicos. Esto permitiría, argumentó, que constructores y trabajadores transiten sin sacrificar empleo o eficiencia.
Consideró que, aunque la reforma podría verse como un retroceso económico al inicio, si se despliega en un periodo de cuatro a seis años acompañada de tecnificación, será altamente positiva. Señaló que dicho enfoque equilibraría la productividad con el bienestar y la salud de los trabajadores, fortaleciendo el sector en el largo plazo.
“La reducción a 40 horas representa una apuesta integral, menos horas, sí, pero con más tecnología, mayor capacitación y soporte institucional, para transformar de forma favorable la construcción en México”, concluyó Adalberto Soto Grijalva.
Reforma en jornada laboral es necesaria, pero debe ir acompañada de tecnificación y políticas públicas: investigador de la UAS
