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SEGÚN YO| El Dr. Simental y su dura realidad como alcalde.

Por Gregorio García Vázquez.-

En el hospital de Escuinapa, el Dr. Víctor Díaz Simental siempre soñó con ser el cirujano jefe. Y lo logró, pero parece que se olvidó de que dirigir un hospital no es solo un título, ¡es una responsabilidad! Este hombre, que ha dedicado su vida a la medicina, ahora se encuentra en el quirófano de la política, pero no parece tener el equipo adecuado. ¡Qué ironía! Si ser médico es un arte, ser político se ha convertido en una operación fallida en sus manos.

Imaginemos a este Dr. Simental, un médico que ha traído vidas al mundo, ahora lidiando con un municipio que parece una sala de emergencias en estado crítico. Las calles son un verdadero laberinto de baches, y los servicios públicos son un paciente que no deja de quejarse por la falta de atención. La gente está cansada de escuchar diagnósticos sobre el presupuesto. ¿Falta de dinero? Puede ser, pero la verdad es que la acción política es como un tratamiento que nunca se ha aplicado. ¡Es como si hubiera olvidado su estetoscopio en casa!

Su gabinete, más que un equipo de trabajo, parece una sala de espera donde los pacientes se van antes de ser atendidos. Cada semana hay una nueva renuncia, como si el personal médico estuviera en huelga. Primero se va el tesorero, luego el síndico, y ni hablar de la dirección de obras públicas. ¿Qué está pasando aquí? ¿Es una administración o una emergencia médica? Mientras tanto, los ciudadanos se preguntan si su alcalde está en un descanso prolongado o si simplemente se perdió entre los pasillos del hospital. En lugar de llevar a Escuinapa hacia la recuperación, parece que está empujando a la gente hacia el caos.

A veces me pregunto: ¿realmente entiende lo que significa ser un líder? Ser médico le da una perspectiva única sobre las necesidades de la gente, pero eso no es suficiente. La política no se trata solo de diagnosticar problemas; se trata de tratarlos con eficacia. Ser alcalde es como realizar una cirugía: no basta con tener el conocimiento; hay que tener las manos firmes y la voluntad de actuar. Y aquí parece que el Dr. Simental se ha quedado corto. La gente lo eligió con la esperanza de que curaría sus problemas, no para que se dedicara a recetar promesas vacías.

La confianza que le otorgaron no es un regalo que deba ser traicionado. La comunidad necesita un alcalde que no solo tenga sueños, sino que también esté dispuesto a luchar por ellos y por su gente. Así que, querido Dr. Díaz Simental, aquí va un consejo: despierta y ponte las pilas. La gente te dio su confianza, y no deberías traicionarla. Si no lo haces, tu sueño de ser alcalde se convertirá en la pesadilla más grande de Escuinapa.

No te quedes en la historia como el médico que no supo ser político. La política es un arte, y tú, querido doctor, tienes el potencial para ser más que un simple pasante en esta carrera. Así que a trabajar, que la política no se cura sola. ¡Y que no se te olvide que la gente está esperando respuestas, no más diagnósticos sin tratamiento! Si no tomas el bisturí y te enfrentas a los problemas, tu legado será el de un médico que dejó a su paciente en un estado terminal.

Bueno, todo esto según yo, el Goyo 310… la medicina para la política no es un médico, eso ya lo saben en Escuinapa. ¡Fugaaaaaaa!