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SEGÚN YO| La contienda por la gubernatura: Paloma Sánchez vs. Imelda Castro.


Por Gregorio García Vázquez.-


La batalla por la gubernatura de Sinaloa ya está en marcha y, como siempre, el desmadre político nos trae a dos contendientes que son como agua y aceite. Por un lado, tenemos a Paloma Sánchez, que, a pesar de haber jurado por sus muertos que no quería entrarle a la contienda porque estaba bien cómoda como senadora, ahora se la pasa grabando TikToks y haciendo videos como si fuera la reina de Instagram. Y no me malinterpreten, no estoy diciendo que esté “trabajando”; eso sería un chiste. Paloma está intentando colarse en la jugada, aprovechando los descalabros de la cuarta transformación que, seamos sinceros, han sido un chingo.

Pero, a pesar de todo el ruido que hace, su impacto parece más limitado que mi tarjeta de crédito. Sus campañas están basadas en redes sociales, pero la verdad es que los troles que pululan por ahí no pueden votar, y eso se siente. La gente no se deja llevar por un meme o un video gracioso; necesitan algo más. Arrastra un lastre pesado por su partido y su dirigente, el Alito Moreno, que es la peor cochinada que ha parido el PRI en México. Si lo que busca es captar votos, creo que se le olvidó que el pueblo no se traga ya sus pinches mentiras.

Del otro lado, tenemos a Imelda Castro, la senadora de Morena que, aunque ya fue senadora antes y quedó fuera en la contienda pasada contra Rubén Rocha, ha vuelto con más ganas que un borracho esperando la paga del fin de semana. Ayer hizo pública su declinación a presidir la mesa directiva del Senado, y aunque algunos puedan ver eso como un retroceso, déjenme decirles que es parte de su juego. Si hubiera aceptado esa posición, estaría renunciando a su sueño de ser gobernadora, y eso, mi gente, no es el plan.

Imelda no solo tiene el poder del Estado a su favor, sino que es bien conocida como la consentida de Claudia Sheinbaum. Pregúntenle a cualquier morenista en Sinaloa, y les dirán que Imelda es la candidata. Puede que haya rumores de otras opciones, pero en el fondo, todos saben que la gubernatura tiene nombre de mujer, y ese nombre ya lo saben ustedes.

La mujer no solo se mueve en la política; sabe bailar en el juego de poder como si estuviera en una fiesta de pueblo. Tiene la fuerza de un partido detrás de ella que no es fácil de tumbar. Mientras Paloma necesita el apoyo de todos los partidos de oposición para hacer ruido, Imelda se presenta con el respaldo de un partido que está más sólido que una buena birria. No se engañen, la política es un juego sucio, y siempre hay quienes buscan desestabilizar a los que están en la cima. Pero con la experiencia y los contactos que tiene, Imelda es como un gato con siete vidas: siempre encuentra la manera de salir adelante.

Así que prepárense, porque esto se va a poner bueno. La contienda se calienta, y mientras las dos están en el ring, una va con el poder del Estado y la otra con el poder de las redes, pero el problema es que las redes no votan. En Sinaloa, la política nunca es sencilla, y lo que está claro es que esta será una lucha entre el poder establecido y la ambición desesperada de aquellos que intentan hacer ruido.

Al final, el que mejor sepa jugar sus cartas será el que se lleve el premio mayor. Así que no se sorprendan si en esta contienda vemos de todo: desde campañas llenas de memes hasta discursos que parecen más de comedia que de política. Y en este teatro político, ser un loco con propósito puede ser más efectivo que mil discursos vacíos.

Bueno, todo esto según yo, el Goyo310… Dicen que los buenos pleitos son entre mujeres, así que yo ya tengo listas mis palomitas.