Por Gregorio García Vázquez.-
Aquí estamos, en medio de un desmadre político que ni en la mejor de las telenovelas podrían haber escrito. Claudia Sheinbaum tiene la oportunidad de poner las cosas claras: México no es el botín que algunos quieren robar, ni un juguete para que los gringos hagan lo que quieran. Pero ahí está Gerardo Fernández Noroña, el senador que parece más un grillo que un político, metiendo la pata y complicando las cosas con sus declaraciones de chiquillo cagado.
Seguramente, en estos momentos, en Estados Unidos ya están preparando el papeleo para quitarle la visa a Noroña, porque el hombre no sabe cuándo callarse. ¿De qué partido es? ¿Del PT, Morena, o simplemente del desmadre? Nadie lo sabe, pero lo que sí sabemos es que sus palabras son un verdadero dolor de cabeza. Pero para sus propios compañeros de partido (Morena). Mientras la presidenta hace un llamado a la calma, Noroña se pone a aplaudir a los manifestantes en Los Ángeles, como si eso fuera a ayudar en algo. ¡No mames, Noroña! ¡Así no se juega!
Sheinbaum tuvo que salir a defenderse de acusaciones que, según ella, son ridículas, como si ella fuera la responsable de las protestas. “Es absolutamente falso”, dijo, tratando de poner un poco de sentido común en este relajo. Mientras ella condena la violencia, Noroña parece disfrutar del espectáculo, como si fuera el niño mamón mentiroso y mitotero del salón. Cuando todo estaba calmándose, él decide tirar más leña al fuego. ¡No me ayudes, compadre! Diría mi compadre chupa trusas.
Y mientras la presidenta pide respeto y dignidad, Noroña se siente orgulloso de las protestas, como si eso fuera a cambiar algo. “Las imágenes son poderosas”, dice, pero ¿qué tal si, en lugar de eso, se pone a trabajar en soluciones? Porque al final, lo que necesitamos son respuestas, no más ruido y pendejadas a las que él está acostumbrado.
Y luego está el senador gringo Eric Schmitt, que parece tener más sentido que Noroña. Después de que el morenista se burla de él, Schmitt le responde que el impuesto a las remesas ahora va a ser “un 5% más alto”. Así se responde a un provocador. Noroña, en lugar de hacer el payaso, debería preocuparse por las consecuencias de sus palabras. Las familias que dependen de esas remesas no tienen tiempo para juegos de egos que tanto le gustan al senador.
Así que, Claudia, este es tu momento de poner las cartas sobre la mesa y dejar claro que México no es un botín ni un campo de juego para los que quieren hacer de la política un espectáculo. Y, senador Noroña, tal vez deberías considerar que no siempre es bueno ser el que grita más fuerte. A veces, el silencio es más poderoso. En pocas palabras, ya cállate, chachalaca, diría el bigotes de brocha.
Pero bueno, en este enredo político, donde todos quieren ser los protagonistas, a veces se nos olvida que la política no debería ser un juego de gritos y payasadas. Así que, mientras seguimos viendo este desmadre, recordemos que la política debe ser más que solo pendejadas.
Bueno, esto según yo, el Goyo310… y recuerden: el tanto va el cántaro al agua hasta que chinga a su madre, así que Noroña, ¡cámate, po favo!