Esta mañana Jesús Madueña rindió el cuarto informe de gobierno de su gestión 2021 – 2025, en realidad es el segundo que al le toco dar, pues durante dos años estuvo separado de su cargo por un embestida política desde el Gobierno de Sinaloa.
Al comenzar su gestión en 2021 escribí sobre el carácter humanista de Madueña, un hombre que revivió las becas al mérito docente, apoyos a la comunidad estudiantil y apostó por la cobertura universal en las aulas de la Universidad Autónoma de Sinaloa, a pesar de los retos financieros que la casa rosalina presenta desde hace varias décadas.
No tengo duda que esta dinámica de fortalecer la calidad de vida de la comunidad universitaria, y de dar facilidad a todas aquellas personas interesadas en formarse en la UAS continuará, sin embargo, el haber aceptado la nueva ley orgánica de la universidad, le plateará un nuevo reto.
La ridícula elección rectoral fue una falta de respeto para el doctor Madueña de parte del Congreso del Estado, debieron permitirle la reeleción directa por medio de un artículo transitorio, pero quien más quedó en ridículo fue la aspirante Denise Díaz, una mujer valiente pero que se enfrentó a un proceso completamente al vapor e inequitativo.
Quizá los sesudos impulsores de la reforma a la ley orgánica pensaron que iba a poder borrar años y años de trayectoria de un hombre solo porque un juez lo separó de su cargo dos años, el resultado de casi 9 a 1 dejó claro que el cálculo político no es la mayor virtud de dichos legisladores.
Pero la elección universal nunca fue un reto para Madueña, el problema vendrá en las elecciones a las direcciones escolares, el rector ya no solo tendrá que delinear una política propia que lleve a buen puerto a la UAS, sino que tendrá que activar la operación política al interior de las Unidades Académicas para evitar que grupo con intereses externos a la universidad tomen por asalto las escuelas y facultades.
El rector deberá ser un fiel vigilante de que no entre dinero “extraño” a las escuelas para buscar hacer política ramplona y además deberá supervisar que las direcciones no despilfarren dinero para sus propios proyectos personales.
La nueva ley orgánica no empodera a los estudiantes, empodera a los directores que muchos de ellos querrán crear cacicazgos, ese será el nuevo reto de Madueña, evitar que la politiquería barata llegue a los espacios universitarios a distraer a estudiantes y docentes de sus labores primordiales.
Claro no podemos olvidar los retos de “cajón” que ya ha navegado estos primeros cuatro años, como lo son el déficit financiero, la alta demandan en matrícula y mantener los grandes logros en vinculación e internacionalización que comenzaron hace justo 20 años de la mano del maestro Héctor Melesio Cuén Ojeda a quien acompañó como Secretario General.